Con la llegada del COVID-19, surgieron innumerables recomendaciones caseras y naturales para prevenir o tratar la enfermedad. Entre ellas, las gárgaras con bicarbonato de sodio ganaron popularidad, prometiendo desde una acción desinfectante hasta la eliminación del virus. Es fundamental abordar estas afirmaciones con evidencia científica clara y responsable, diferenciando lo que es un remedio para síntomas leves de lo que es un tratamiento para una enfermedad grave.
Aquí te explicamos qué dice la ciencia sobre las gárgaras con bicarbonato en el contexto del COVID-19, sus usos tradicionales para la higiene bucal y los síntomas leves, y las precauciones necesarias.
¿Qué es el Bicarbonato de Sodio y sus Usos Tradicionales en Gárgaras?
El bicarbonato de sodio (bicarbonato sódico) es un compuesto blanco y cristalino con propiedades alcalinas. Tradicionalmente, se ha utilizado en el hogar por sus capacidades antiácidas y de limpieza.
En el ámbito de la salud bucal, las gárgaras con bicarbonato de sodio se usan comúnmente para:
- Aliviar el dolor de garganta: Puede ayudar a neutralizar la acidez y reducir la irritación en las membranas mucosas.
- Higiene bucal: Actúa como un antiséptico suave, ayudando a reducir bacterias en la boca y la garganta y a neutralizar olores.
- Aliviar aftas y llagas: Puede promover la curación y reducir la molestia.
Gárgaras con Bicarbonato para el COVID-19: ¿Qué Dice la Evidencia?
Durante la pandemia de COVID-19, la idea de que las gárgaras con bicarbonato (a menudo con sal o limón) podían “matar” o “eliminar” el coronavirus de la garganta se difundió ampliamente. Sin embargo, la ciencia ha sido clara al respecto:
- No Eliminan ni Previenen el Coronavirus: Las principales organizaciones de salud a nivel mundial, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y agencias como la ANMAT en Argentina y la FDA en EE. UU., han desmentido categóricamente que hacer gárgaras con bicarbonato de sodio, agua salada, limón o cualquier otro enjuague bucal pueda eliminar o prevenir la infección por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19).
- No Hay Tratamiento Específico Casero: El Ministerio de Salud de la Nación de Argentina y otras entidades de salud pública han reiterado que las infecciones por coronavirus no tienen un tratamiento específico que pueda realizarse con remedios caseros.
- Alivio de Síntomas Leves: Si bien las gárgaras (con agua salada o bicarbonato) pueden ser reconfortantes y aliviar temporalmente síntomas leves de dolor de garganta o irritación asociados con un resfriado común o incluso con el COVID-19 (al igual que lo harían para una garganta irritada por cualquier otra causa), no actúan como un antiviral contra el SARS-CoV-2. Su efecto es sintomático y local.
Cómo Realizar Gárgaras con Bicarbonato de Sodio (Para Alivio Sintomático)
Si decides usar gárgaras con bicarbonato para aliviar un dolor de garganta o irritación (no para tratar el COVID-19), hazlo de forma segura:
Ingredientes Necesarios:
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio (de grado alimenticio).
- 1 vaso de agua tibia (aproximadamente 200 ml). El agua tibia es más reconfortante y ayuda a disolver mejor el bicarbonato.
Preparación:
- Disuelve completamente el bicarbonato de sodio en el vaso de agua tibia. Mezcla bien hasta que no queden grumos.
Técnica de Gárgaras:
- Toma un sorbo de la solución.
- Inclina ligeramente la cabeza hacia atrás.
- Haz gárgaras durante unos 30 segundos a 1 minuto, permitiendo que la solución cubra la parte posterior de la garganta.
- Escupe la solución. ¡No la tragues! El propósito es limpiar la garganta y la boca, no ingerir el bicarbonato.
- Enjuaga tu boca con agua limpia después de terminar las gárgaras para eliminar cualquier residuo.
Frecuencia:
- Puedes realizar estas gárgaras 2 a 3 veces al día para aliviar síntomas leves de dolor o irritación de garganta. No se recomienda su uso excesivo o prolongado.
Precauciones y Riesgos Importantes del Uso del Bicarbonato de Sodio en Gárgaras
Aunque el uso ocasional y tópico de bicarbonato en gárgaras es generalmente seguro, es vital conocer sus limitaciones y posibles riesgos:
- No Sustituye el Tratamiento Médico: Las gárgaras no curan infecciones ni previenen la progresión de enfermedades. Si tus síntomas empeoran o persisten, o si tienes fiebre, dificultad para respirar o dolor intenso, busca atención médica inmediata.
- Riesgo de Ingestión: Si ingieres grandes cantidades de bicarbonato de sodio, especialmente de forma crónica, puede causar desequilibrios electrolíticos (especialmente en los niveles de sodio), lo que puede llevar a problemas de salud serios como:
- Náuseas, vómitos, diarrea.
- Calambres abdominales.
- Hinchazón, gases.
- Debilidad muscular, irritabilidad.
- Alcalosis metabólica: Un desequilibrio grave del pH de la sangre.
- Problemas renales, cardíacos o hipertensión: Las personas con estas condiciones deben ser extremadamente cautelosas, ya que el alto contenido de sodio puede agravarlas.
- Daño al Esmalte Dental (Uso Excesivo): El uso muy frecuente y prolongado de gárgaras o enjuagues con bicarbonato de sodio podría, en teoría, ser abrasivo o alterar el equilibrio del pH bucal, lo que podría afectar el esmalte dental con el tiempo. Los expertos dentales suelen recomendar no exceder las 2 o 3 veces por semana para higiene bucal general.
- No Aptas para Menores de 12 Años sin Supervisión: Los niños pequeños pueden tragar la solución accidentalmente.
- No Compartir: Los utensilios y soluciones deben ser de uso personal para evitar la transmisión de gérmenes.
Conclusión: El Bicarbonato, un Aliado Local, No un Antiviral
Las gárgaras con bicarbonato de sodio pueden ser un remedio casero útil y natural para el alivio sintomático de la irritación de garganta o el dolor leve, proporcionando una sensación de limpieza y confort. Sin embargo, es fundamental recalcar que no hay evidencia científica que respalde su uso como tratamiento o prevención directa del COVID-19 o de cualquier otra infección viral o bacteriana grave.
Para el manejo de enfermedades como el COVID-19, es crucial seguir las recomendaciones de las autoridades de salud y buscar asesoramiento médico profesional. Utiliza el bicarbonato con conciencia, reconociendo sus límites, y siempre prioriza la salud basada en la evidencia.
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